Se trata de una placa transparente de plástico que se coloca en una de las arcadas dentales de tal forma que los dientes de arriba no entran en contacto con los dientes de abajo. Suelen tener un grosor de 2 o 3 milímetros.
Con este tratamiento se consigue una corrección del hábito que causa el desgaste de los dientes además de una relajación de los músculos. De esta forma, por decirlo de una manera más coloquial, el paciente se olvida de las posiciones mandibulares incorrectas.